Alguien dijo por ahí alguna vez que por más inexperto que
sea un sociólogo, jamás podría ser acusado de mala praxis.
Menos mal!
Imaginensé las cartas documento que podría haber recibido yo y otros tantos colegas, por analizar un fenómeno social en un mal día... un día de furia?.
Pensá si sos Psicólogo? Ahhh no!..., te agarran mal
parada, se te sube la tanada y que hacés? Tenés programada una sesión de
terapia en 15 minutos y pobre del que tiene turno en ese horario, no?.
Porque, yo me pregunto: ¿cómo es que uno analiza el caso de la pibita que te está contando algo super complicado, que te dice que le cuesta relacionarse con sus compañeros? Y vos sabes que acabás de bloquear de tus contactos de Whatsapp a un amigo porque te dijo algo que no te gustó?.
Lo analizás con el manual de Freud bajo el brazo? Ojalá así
sea. Si no… te juro que me apiado de todos los pacientes, de todos los
clientes, de todos los sujetos que se someten a esos “profesionales” que nunca
entendieron el dicho del herrero y el palo.
En cambio un sociólogo, es otra cosa. Te dice cualquier pelotudez con palabras “intelectualosas” y como mucho lo dejaste de leer al segundo párrafo. Como mucho te aburriste y dejaste de escucharlo cuando por enésima vez quiere explicarte como se dio la acumulación originaria.
No se porqué se me vienen algunos ejemplos de esos profesionales. Lo cierto es que todos estamos medios locos y además son tiempos movidos y parece que cada vez es más difícil entender al otro, no?