Estaba intentando por todos los medios hacer una nueva entrada
al blog cuando G. I. Joe, queriendo empatizar conmigo, me trajo una sopa de letras
y mientras armaba palabras empezó a comerme el coco.
Para el que todavía no sabe quien es G. I. Joe... fijate
“-Marina —dijo.” Y solo hubo silencio. Un segundo después
siguió—: Marina, Marina, Marina, Marina, Marina, Marin…. "
“-Que quereeeeees?
Por dios!”
“-Te dije 20 veces Marina, porque no me contestas?”
“-Porque estoy ocupada!.”
“-No importa! es importante. Me podés decir donde queda Aranjuez?”
“-Pero que se yo donde queda Aranjuez! Decime… ¿No tenés otra cosa más importante para hacer?.”
“-¿En serio no te suena? Veo Aranjuez en todas tus neuronas”.
“-Ayyy no! te pido por favor, dejame un segundo en paz,
estoy intentando hacer una entrada en el Blog”.
“-Pero no seas tarada contame, vos sabés que yo te puedo
ayudar. Te desenchufo de acá… y te enchufo por allá.. y algo va a salir”.
“-Ufff ni me recuerdes… Es una boludez, algo de cuando era
chica….”
“-Faaaa! Soy todo oídos! Me encantan las cosas de la
infancia”.
“-Bueno. El tema es así: la maestra de Lengua nos había
enseñado una canción que a mí me había encantado y yo, que en ese tiempo solo
tenía acceso a la tele, me obsesionaba con cantarme todos los temas que se me cruzaran una y otra
vez y creo que mi cerebro una vez que la escuchó, le hizo clic en el botón de repeat y no paró...”
“-Pero qué onda? Ahora también la escuchás? tuviste una regresión? Porque Aranjuez
ahora”.
“-Aguantá! querés que te cuente o no? Hace unos días vengo trabada con la escritura. No
me sale nada y cuando me pasa eso, agarro la libretita y anoto: UNA VEZ (como para empezar la historia) y algo
se me ocurre.”
“-Ajam… y entonces?”
“-Bueno la canción decía así: UNA VEZ Hubo un juez que vivía
en Aranjuez, fue a pescar un gran pez, uno, dos y tres…”
“-Ay no que ternura, pobrecita! Tenés muchos problemas. Relajá
un poco, que tenés la bocha empapelada con esa canción de mierda”.
“-Es lo que intento desesperadamente!!! No te diste cuenta?”.
“-Bueno, pero para que estoy yo? Por suerte tengo mil canciones
para regalarte. Escucha esta: un elefante se columpiaba sobre la tela de una
araña…”
“-La gran puta! Yo sabía que no tenía que contestarte”.
G. I. Joe. Siguió un buen rato, contó hasta 1035 elefantes y
luego se zambulló en el fondo del tazón.